La Queja

Hay muchos mitos entorno al acto de quejarse, y todo depende desde la perspectiva desde la cual consideremos este concepto. Y a este punto voy a diferenciar, para su análisis, entre una «mente con tendencia a la queja» y una «mente con tendencia a la no queja».

En la primera, su mirada tiende a estar puesta en devaluar aspectos de su experiencia para mantener un diálogo mental basado en la queja. Esto puede conllevar crítica continua y estancamiento. En realidad, en relación al ultimo concepto, la queja suele ser un mecanismo de defensa que le impide a la persona hacerse cargo de sus propias responsabilidades. Así, este mecanismo le serviría para justificar «lo malo» del entorno o persona para 👉no avanzar.

Por este motivo, escuchar la queja de una persona con esta mentalidad puede ocasionarnos cansancio mental y pérdida de energía, y es mejor poner límites con asertividad para la salud y cuidado de nosotros mismas e incluso de la relación.



En el otro extremo, nos encontramos a una persona que tiende a no quejarse nunca, ni tan siquiera incluso cuando ha tenido motivos para hacerlo. En este caso su mentalidad puede encerrar falsas creencias como miedo a molestar, a que el contenido de lo que pueda expresar no sea interesante, o miedo al rechazo. La parte negativa de este extremo es que estas personas pueden pasar por la vida sin que los demás conozcan realmente cómo son ni su sufrimiento.

Así, la queja de estas personas suele ser recibida por el emisor como un acto honesto, de apertura y confianza, y será una tarea sanadora para ellas escucharlas y atender lo que pocas veces se han atrevido a expresar a otra persona.


Gracias,


Eva González Menal

Las 5 leyes de los elogios

¿QUÉ ES UN ELOGIO?

Un elogio es cualquier acto que implique el reconocimiento hacia otra persona o hacia una misma, y nos ayuda considerablemente a fomentar una sana autoestima y al equilibrio de nuestras relaciones interpersonales.

A continuación, veremos las 5 leyes fundamentales que debemos tener en cuenta para que los elogios fluyan bien en nuestra vida, y debajo de cada ley, algunas creencias irracionales que pueden boicotearnos.

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  1. Pide lo que necesitas. 
  • Voy a molestar 
  • Se creerá que dependo de él o de ella 
  • Debería saber lo que necesito: no tenemos una bola de cristal 
  • Como ya se lo he pedido otras veces, ya no se lo vuelvo a pedir 
  1. Acepta los elogios sinceros de los demás. 
  • Se creerá que soy una creída 
  • Seguro que quiere algo más 
  • Ahora tengo que compensar su elogio 
  • No me lo merezco 
  • No me lo creo: desconfiar del elogio 
  1. Si sientes que quieres dar un elogio, dalo.  
  • Se creerá que quiero algo más 
  • Quizás se ríe de mí  
  • Quizás le incomodo 
  • Seguro que lo hago mal o quedaré en ridículo: espontaniedad 
  • Si le digo que lo hace bien, se relajará y dejará de esforzarse 
  • Cuanto más de más me pedirá 
  1. Rechaza, con asertividad, los elogios que no te gustan o que no te parecen sanos: es decir, si crees que debajo puede haber otro interés o manipulación.  
  • Seguro que se enfadará
  • Se sentirá rechazado/a
  • Se alejará de mi lado
  1. Date elogios a ti mismo, es decir, ten un diálogo interno positivo contigo.  
  • Si me lo digo yo, soy una creída
  • Es de persona humilde esperar a que sólo los demás me digan lo bueno que ven en mí

Si quieres, también puedes ver este vídeo en el que hablo sobre las «5 leyes de los elogios» 😉

Gracias,

Eva González Menal

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Cómo dejar de pensar en el cigarro cuando dejas de fumar

Quizás intentaste dejar de fumar en el pasado, y no podías evitar pensar y pensar en el cigarro. Esto quizás te llevó a sentir ansiedad, irritabilidad, enfado… y finalmente fumar un cigarrillo (o pasar mucha tensión, agobio o angustia mientras no fumabas y no podías dejar de pensar).

Dejar de fumar implica, también, dejar de pensar en el cigarro (puro, pipa, etc.), sin embargo, uno deja primero el cigarro y con la práctica en los días que le siguen, deja el pensamiento. Te cuento a qué me refiero y cómo hacerlo.

Cuando decides dejar de fumar, lo natural es que el pensamiento del cigarro aparezca, del mismo modo en que aparecía mientras fumabas. ¡Tranquilidad! esto es sólo el principio.

Como persona fumadora, has creado un circuito en tu mente: pensamiento del cigarro – fumar, pensamiento – fumar, pensamiento-fumar… y este circuito se irá debilitando a medida que no fumes. Sin embargo, si aunque no fumes, te apegas al pensamiento, este circuito crece y crece, haciéndose muy intensa tu experiencia y seguramente generando ansiedad.

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CÓMO SALIR DEL CIRCUITO

Vamos a aprender cómo salir de este circuito, de manera que este pensamiento vaya desapareciendo con los días, en lugar de volverse un monstruo que no queremos que aparezca.

  • Entiende que es natural que aparezca el pensamiento.

El recuerdo de fumar forma parte del hábito, y la característica de los hábitos es que es un fenómeno que ocurre de manera automática, esto es útil en la vida en general, nos ayuda a hacer fácil el día a día, por ejemplo, imaginemos que voy a trabajar siempre realizando el mismo recorrido, si un día voy con prisas o centrada en mis pensamientos, o incluso pendiente de una conversación telefónica, igualmente llegaré al trabajo sin tener que hacer un esfuerzo extra para saber por qué calles ir. Al ser un hábito lo hago de manera automática, casi sin darme cuenta.

De este modo, el pensamiento o recuerdo del cigarro vendrá a mi mente de forma automática, porque ha formado parte del hábito de fumar. Entender que es natural y normal que esto ocurra nos ayuda a relativizar y relajarnos ante esta circunstancia. Vamos a ver cómo gestionarlo a partir de aquí.

  • Ríete de algo, de lo que quieras, pero ríete.

Una vez nos hemos dado cuenta que es algo normal y natural, vamos a buscar un recuerdo gracioso de algo que nos saque unas risas, incluso carcajadas. Puede ser algo gracioso que viviste en familia o con los amigos, quizás una ocurrencia de tus hijos pequeños, o un vídeo que te enviaron por whatsapp. Cualquier idea o pensamiento que te haga reír será útil.

¿Para qué queremos reírnos? Buscamos provocar la risa para relajar tu mente y cuerpo, para que tu sistema nervioso se relaje, para que te sientas en control. La risa nos aporta ligereza, y es esto lo que te puede ayudar a restar la gravedad del miedo o preocupación que puedan surgir al recordar el cigarro.

  • Dirige tu atención a cualquier cosa o situación que ocurra en el lugar en el que estás en ese momento.

Después de entender que es natural que aparezca el pensamiento, y haber liberado endorfinas y llevado al cuerpo y la mente a la distensión, buscaremos llevar la atención a cualquier otro lugar distinto del pensamiento de fumar. Es decir, que puedes dirigir tu atención a un coche que pasa por la calle, a una nube con forma de serpiente, una persona que te recuerda a una amiga de la infancia, o un mensaje en tu teléfono móvil. Buscamos redirigir la atención a cualquier otro lugar, para evitar entrar en bucle con el pensamiento de fumar, y así evitar también generar ansiedad.

Aplicar estos pasos puede requerir de tu atención y energía durante los días posteriores a dar el paso para dejar de fumar, quizás unas semanas. Sin embargo, a medida que lo apliques y pasen los días, el pensamiento o recuerdo del cigarro irá disminuyendo en frecuencia, y también en intensidad. Hasta que un día te des cuenta que ya no te acuerdas de fumar. Así lo experimentan muchas personas a las que he acompañado para vivir libres del tabaco.

Te deseo una fácil y feliz transición de persona fumadora, a persona ex-fumadora. 😉

Si necesitas ayuda personalizada, puedes contactarme a través del formulario o teléfono de contacto.

¡Adelante!

Sonia Gutiérrez

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